A collaborative publication of the Latin American Studies Program

Divisadero

Spring 2015

Spring 2015 Article

Un Discurso Para Abrir Cuba al Mundo

By Robert Egan

 

Introducción

Empecé este trabajo con la idea de contactar a unxs cubanxs en San Francisco y entrevistarlos sobre sus preocupaciones y esperanzas en respecto a la normalización, o mejor dicho el propuesto establecimiento de relaciones pacíficas entre Washington y La Habana. Dudaba la posibilidad de normalizar estas relaciones ya que nunca han acordado con las normas internacionales y quería sus perspectivas sobre el asunto. A mediados de mi investigación encontré la mejor oportunidad de mi carrera universitaria. La autora de un artículo sobre la libertad gay en Cuba me puso en contacto con unxs activistas-escritores cubanxs dispuestxs a dialogar conmigo por correo electrónico. Siento que los medios de comunicación masivos estadounidenses en todo lo que se refiere a los temas cubanos prestan poca atención a la posición disidente revolucionaria, que sigue creyendo en las ideas de la revolución pero no en los dirigentes, y que representa una gran porción de la población en Cuba hoy en día. Esta exclusión nos deja con muchas preguntas. Al compartir las sabias respuestas de Vicente Morín Aguado y Dmitri Prieto-Samsonov, dos cubanos, profesores universitarios, y periodistas para Havana Times, un sitio web cubano dedicado al reportaje sin censura, intento a hacer lo opuesto y romper la dicotomia castrista-capitalista.        

 

¿Cuáles son sus pensamientos o preocupaciones recientes sobre la normalización?

Vicente: De entrada, no hay dudas sobre las embajadas, se harán. De terminar el bloqueo, es un asunto del Congreso de tu país porque fue quien lo implantó. Con independencia de la carencia de una democracia en Cuba, o mejor, de cómo se ha desvirtuado el proceso democrático, la represión y limitaciones para ejercer los derechos individuales, etc. Una cosa cierta es que no es tolerable la intromisión, la decisión por parte de EE.UU: sobre los destinos de Cuba, especialmente refrendados en una Ley, la Helms-Burton.

Aquí estamos ante un problema de legitimidad. Para los Estados Unidos es aceptar a la revolución cubana como un hecho histórico incontrovertible. Se trata, claro, de un atentado a valores sagrados para tu país y su sociedad en general, especialmente la Propiedad y en cuanto a las elites gobernantes a lo largo del tiempo, la rebelión ante el liderazgo norteamericano en el continente y el mundo.

No olvides algo esencial: la asimetría. Cuba pequeña, USA inmensa.Cualquier normalización, bien dijo de esto algo El Presidente Carter, siempre exigirá mucho más a tu país que al mío.

Dmitri: Mis preocupaciones con el proceso de normalización se basan en la debilidad de los actores sociales críticos en Cuba, en particular la debilidad de los grassroots,

lo cual significa que prevalecerá en la implementación de la “normalización” una visión tecnocrática y en gran medida pro-burguesa regida por los intereses de la burocracia, según lo prevé la “actualización del modelo”, que es el contexto en el que ocurre la normalización. En este sentido, hay mucha indefensión de los sectores populares y también el capitalismo “moderado” ejerce mucho atractivo cultural en Cuba. La normalización puede tender a promover más consumismo que el que ya está, y una mayor conciencia de dependencia de cubanas y cubanos respecto al exterior.

 

Aunque hay mucha discusión sobre la democracia, el proceso de normalización de ninguna manera es democrático ¿cuál es o cuál debe ser el papel de la gente en este proceso?

Dmitri: Concuerdo en que el proceso de diálogo Cuba – USA fue intergubernamental y no-democrático. No logro ver ni siquiera representantes de empresas cubanas, solo businessmen de EEUU. Sobre el rol de las organizaciones obreras y populares, mi opinión/propuesta es como sigue: entre las organizaciones obreras y populares de izquierda, feministas, ecologistas, de derechos de consumidores, contra la explotación por las transnacionales de EEUU y los colectivos de izquierda alternativa en Cuba, debemos crear un “End of Blockade Watch” u Observatorio de la Normalización Cuba-USA, que desde posturas inequívocamente antiimperialistas, opuestas al bloqueo, pero también democráticas, pro-libertad de expresión, defensoras del trabajo libre y asociado, pues genere un sitio web y si es necesario campañas concretas para defender los intereses de quienes trabajan de los consumidores/clientes y del medio ambiente.

Hace falta una alianza estratégica entre fuerzas de izquierda en EEUU y la izquierda crítica Cubana, por encima cualquier discurso, proyecto o voluntad política gubernamental/estatista de ambos paises. En Cuba por sí solos no podemos lograrlo a causa de nuestra debilidad, pero si nos asociamos con las fuerzas de EEUU podremos poner a quienes negocian los acuerdos en una posición fuerte de tener que hacer caso a los intereses populares.

 

¿Qué debe saber el estadounidense sobre la democracia cubana?

Vicente: Entender a Cuba y a los cubanos es extremadamente difícil, somos un museo vivo, un proyecto fracasado, pero viviente, actuante, de seres humanos. Somos la creación caprichosa, cambiante, adaptable, de un liderazgo que un día pretendió una obra de auténtica justicia, una sociedad nueva totalmente creada por el hombre, hecha a su voluntad. Tal reto parece posible según la lógica histórica, aunque en la práctica se muestra una utopía.

El socialismo cubano intentó un nuevo concepto de la democracia, considerando la crisis evidente de los sistemas representativos al estilo norteamericano, marcados por el bipartidismo y el papel determinante del poder económico, concentrado en elites de poder …

Parece un buen sistema, sin embargo tiene un vicio de origen: El Partido Comunista que, de acuerdo al artículo #5 de la constitución: “El Partido Comunista de Cuba, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”.

De hecho el PCC está por encima del estado, controla todo el proceso eleccionario a través de las llamadas Comisiones de Candidatura, es decir, los candidatos a ser votados deben contar con la anuencia del Partido y en efecto de su burocracia, ahí se queda el poder real y se desvanece el proyecto democrático … Tal situación es discriminatoria, ya que dependes de la anuncia del PCC para ascender en la escala del poder, más allá, inclusive para crear una sociedad o agrupación profesional, cultural… De abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo, toda la sociedad está bajo el control del PCC.

Qué nos queda: Bueno, de la democracia real, las conquistas sociales, sobre toda aquellas de los años iniciales: eliminación de las elites concentradoras de la riqueza y la propiedad, el sistema de salud y el de enseñanza, la práctica masiva del deporte y la cultura, aunque siempre considerando que en las actividades de marcado acento ideológico como la educativa, el Partido determina la orientación, contenido y demás del sistema aplicado.

 

¿En tu opinión, qué quieren los cubanos del mundo exterior? ¿qué buscan a través de la normalización?

Dmitri: Esta pregunta es especialmente compleja. Depende no sólo de las negociaciones, sino también de la coyuntura interna. El derecho de viajar es esencial, pero ninguna normalización anularía el “derecho” del gobierno EEUU de alegar la 214(b)[negación de visas] por otra parte, Cuba estaría más cerca de una inserción en el mercado global, con todo lo que eso significa. No se habla de entrada efectiva de Cuba a acuerdos interamericanos sobre DDHH, etc. Algo a ganar parece ser la posibilidad de vivir sin temor de ser invadidos, o de que te acusen de ser agente del enemigo por expresar ideas políticamente alternativas. Quizás más oportunidades para intelectuales y estudiantes de tomar becas, etc. Menos oposición hardline. Confraternización entre las clases gobernantes de ambos lados del estrecho. Necesitamos contrapesarla con una confraternización real y efectiva entre las fuerzas revolucionarias de ambos lados. Pero nada de esto tiene por qué ser especialmente creíble. No sabemos qué pasará. La coyuntura interna, una vez  más, pesa más que el vínculo con USA.

Vicente: Se trata de un asunto bilateral, de volver a una situación más o menos similar a la que mantienen Estados Unidos en sus relaciones con otras muchas naciones. Es aceptar la existencia de la revolución cubana, de Cuba, tal y como es, no intentar cambiarla bajo presiones. Es buena la propuesta de Obama, al menos en el discurso. Tender la mano amiga, proclamar la intención de más libertades para los cubanos, más democracia, pero sin una acción de presión.

La normalización incluye normalizar las relaciones con la emigración. Es un tema donde hay para negociar de ambas partes y encontrar excelentes acuerdos. Esperamos el turismo norteamericano que podría darle un empujón decisivo a nuestra maltrecha economía. Esperamos inversiones, viajar nosotros libremente a tu país, sin tantas restricciones de visas.

Esperamos un lenguaje diferente entre los gobernantes de ambos países, una atmósfera distendida. Vale la famosa frase del Papa San Juan Pablo II: “Que el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra al mundo”

 

Conclusion:

Hice dos entrevistas distintas y después las combiné para que dialogaran entre si. Me costó mucho la revisión de sus respuestas porque estaban llenas de datos importantes y quería que el trabajo final fuese más o menos corto. No sé qué puedo decir sobre el asunto de la normalización que las palabras de mis colegas no ya han dicho de manera más sabia. Pero sin duda queda muy claro que la propuesta normalización presenta un punto de esperanza para los cubanos de todos lados y se necesita que nosotros, los izquierdistas y anticapitalistas, seamos fieles a nuestros aliados cubanos con toda la habilidad y influencia que tenemos para que logremos más libertad en ambos paises.

Termino este trabajo de la misma manera que comienzo mi otro artículo, con una cita del cubano Pablo Milanés: “me dí cuenta de que las ideas de un revolucionario no se desvían por los errores que cometen los dirigentes. De allí[La UMAP] salí más revolucionario.”